Desde la creación de la Liga Pro se estableció un control económico en los equipos, siendo uno de los pilares para que el fútbol ecuatoriano empiece a sanar desde el punto de vista económico.
Este control económico tiene como fundamento principal establecer un techo de gastos en base a los ingresos que un equipo puede generar, es decir, el concepto general de este control económico es que un equipo no puede gastar más dinero en contrataciones, sueldos y gastos generales del equipo del que es capaz de generar en base a los ingresos por taquilla, auspicios y derechos de TV.
Hay que considerar que en este año existieron 9 equipos de los 16 que recibieron derechos de transmisión por torneos internacionales, Aucas, Católica, El Nacional y Emelec por la Conmebol Sudamericana, mientras que Liga, Independiente, Barcelona, Delfín y Macará por Conmebol Libertadores siendo estos valores un extra que el resto de los 7 equipos no recibieron pero que también son considerados a la hora de hacer el análisis del control económico por equipos.
Esto quiere decir que equipos como Liga o Barcelona este año tuvieron un ingreso económico mayor frente a equipos como Guayaquil City u Olmedo que no tuvieron el ingreso extra por torneos Conmebol. Es por esto que Barcelona a pesar de tener deudas acumuladas de administraciones pasadas pudo contratar a un jugador caro como Jefferson Orejuela, porque Barcelona solamente en taquilla puede costear el sueldo de un jugador como este y más aún cuando cuenta con partidos internacionales.
Cuando un equipo ha llegado a su límite económico, la Liga Pro simplemente no le permite contratar a más jugadores hasta que pueda tener las cuentas equilibradas, es decir, la salida de algún jugador, ingresos por pasar de ronda en torneos internacionales o Copa Ecuador o una rebaja salarial de los jugadores.
Sin embargo, la situación del Covid ha hecho que los equipos tengan que readaptarse, pues los ingresos por taquilla se han eliminado, así también los auspicios se vieron reducidos considerablemente y por ende los equipos actualmente tienen menos ingresos privándose la contratación de nuevos jugadores para lo que queda del campeonato. Este aspecto afecta más a aquellos equipos que dependían mucho de las taquillas cuando enfrentaban a los equipos grandes o aquellos equipos que ya fueron eliminados de los torneos internacionales.