Por: Romina Garzón
“De niño siempre soñé con ser detective. A los seis años me imaginaba persiguiendo villanos o descubriendo criminales y ya ven, terminé embobado por un microscopio”, cuenta el genetista ecuatoriano, César Paz y Miño Cepeda, decano del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UDLA.
Desde muy joven fue cautivado por la investigación sobre la evolución. Sus padres querían que fuera odontólogo, pero él siempre quiso ser médico. Pero de los que se dedican a la medicina social, de los que de verdad ayudan a la sociedad.
Cursó sus estudios en la Universidad Central del Ecuador y a partir de quinto nivel, empezó a involucrarse de lleno con la biogenética. Tras graduarse como médico, obtuvo una beca en España para estudiar en la Universidad Autónoma de Madrid. Al retornar al país, se integró como docente e investigador en la Universidad Central donde permaneció dos años. Tiene un doctorado en Biología.
Luego de esta experiencia, empezó una trayectoria de 19 años como investigador en la Universidad Católica. Allí encontró mayores posibilidades de montar un laboratorio completo y de atender sus requerimientos científicos.
Estos estudios y, en general, sus investigaciones, se han difundido a través de varios medios de comunicación, pues ha sido muy persistente y ha tenido oportunidades de participar en la divulgación de novedades científicas.
En la Asamblea Nacional Constituyente, el doctor Paz y Miño ayudó en el debate nacional sobre temas de interés humano como el aborto y la orientación sexual de las personas. Su aporte científico lo hizo en canales de televisión como Ecuavisa, donde explicó varias veces las implicaciones científicas de estos dos temas.
Su padre fue periodista y le incentivó para que escriba en diarios o revistas. Hoy el científico César Paz y Miño es columnista del diario El Telégrafo. Allí habla también sobre temas científicos que tienen relación con la coyuntura nacional.
Las autoridades de la UDLA lo invitaron a formar parte del equipo de docentes y le ofrecieron la dirección del Laboratorio científico, que en su opinión es el mejor del Ecuador.
César Paz y Miño sigue investigando y enseñando con el objetivo de servir. Su meta es que conozcan su trabajo a través de la acción social.