La caminata desde La Chorrera hasta Cruz Loma fue algo duro y difícil, en donde se tuvo que demostrar sus habilidades y su físico para este tipo de ascensos. Desde que comenzamos el ascenso yo estuve entre los últimos porque hubo gente o amigos que necesitaba una mano de apoyo para el acenso, mientras todos iban adelante yo estaba atrás para ayudar, en el tramo de la caminata el suelo estuvo húmedo y se hizo complicada la subida, así que tuve que coger un palo para apoyarme y no resbalarme, y con aquel palo llegue a la cima. Una experiencia maravillosa, en donde logré conocer gente con la que nunca tuve contacto y alguna conversación, en el cual pude conocer el verdadero valor de la amistad. Esta caminata me ayudó con el físico que estaba bajo y de paso “bajé unas libritas que estaban de más”.
Luis Aldaz