Carolina Baca

Introducción a la ciudadanía

Con la Revolución Francesa[1] en 1789 y el origen de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se promulgaron los derechos civiles como la igualdad ante la ley, la prohibición de detenciones arbitrarias, el derecho a la propiedad privada o la libertad de expresión, entre otros; y, se consagraron también derechos políticos como el derecho al voto y el derecho a elegir y ser elegido. Estos derechos civiles y políticos, fueron reconocidos para los ciudadanos hombres. Para la ley, las mujeres no eran ciudadanas.

En este contexto de la Revolución Francesa y el surgimiento de la idea del contrato social, la ciudadanía era una noción que provenía directamente de la ley, que determinaba quién gozaba de derechos civiles y quién no lo hacía. Con el pasar del tiempo, la evolución del concepto de ciudadanía ha respondido al reconocimiento de nuevos derechos para los ciudadanos así como también una ampliación de a quién se considera ciudadano.

En principio, la ciudadanía puede ser considerada como una categoría política de la que no gozaban las mujeres, razón por la que a lo largo de la historia es posible evidenciar la lucha de las mujeres por ser reconocidas como ciudadanas. El reconocimiento de la ciudadanía llegó, pero habría que evaluar en qué consiste y cuál es el alcance de este reconocimiento

Para resolver esta cuestión se han seleccionado tres autoras: Carol Pateman, Chantal Mouffe e Iris Marion Young. La finalidad es determinar cómo desarrollan su teoría con relación a la ciudadanía de las mujeres, en qué punto se encuentran y en cuáles difieren. Es necesario indicar que ninguna de las tres autoras se dedica a explicar una génesis de la ciudadanía mucho menos a definirla, más bien estudian cómo está concebida y la forma en la que las mujeres participan o no de ella.

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